Hemos tenido que asistir nada más y nada menos que a 18 partidos contra los colchoneros, a lo largo de toda la trayectoria de Simeone como entrenador, para volver a ver una victoria de los nuestros. Imperial primera parte del Valencia, no se me ocurre otro calificativo.

Y es que en la primera jugada de los nuestros en ataque el combativo Sergi Canós filtró un balón raso al área para que apareciera Hugo Duro, adelantándose a todos y rematando de izquierda y a la primera. El balón salva la salida de Oblak y se aloja al fondo de las mallas. Era el minuto 5. Al Atlético le sentó muy mal el gol pues apenas trenzaba jugada. El Valencia seguía a lo suyo y en un contragolpe magníficamente llevado por Fran Pérez, este sirve a la carrera de Hugo Duro que vuelve a batir a Oblak cuando corría el 34'. La locura se desataba en Mestalla, no era para menos.

El equipo siguió defendiendo con la misma intensidad y saliendo con criterio, lo que propiciaba que los hombres de Simeone no se encontraran nada cómodos. Y así nos fuimos al descanso.

Nueva derrota que se cimentó en un caótico comienzo del Valencia que en apenas 30 segundos regaló un nuevo penalti por imprecisión de los centrales.

Paró Mamardashvili el disparo de Kike pero el VAR mandó repetir el lanzamiento pues uno de los nuestros había entrado en el área antes del lanzamiento, siendo además el jugador que termina por rechazar la pelota del área.

Paró de nuevo Mamardashvili quedando en anécdota esta doble parada cuando un minuto más tarde marcaba el Alavés con autogol de Cenk, en un envenenado centro que Diakhaby en el primer palo no fue tampoco capaz de rechazar. ¡Con qué poco del rival nos ponemos por debajo!

Vuelta a Mestalla en busca del tercer triunfo consecutivo ante un Osasuna que en principio nos parecía iba a tener la cabeza en su eliminatoria europea.

El Valencia comenzó con muchas dudas e imprecisiones y los rojillos aprovecharon el primer regalo de nuestros centrales (Cenk más concretamente) para adelantarse de penalti. El VAR revisó la jugada y el árbitro tras el preceptivo visionado dictaminó que Thierry tocó primero el pié de Pablo Ibáñez que disparaba solo a puerta. Convirtió Aimar, minuto 24. A partir de ahí espabiló un poco el Valencia, atacó más y movió las bandas. Pero nos falta un delantero centro de referencia.

La segunda parte comenzó como terminó la primera, con el Valencia jugando para empatar y el Osasuna defendiéndose. El Pipo puso en liza a Sergi Canós que dejó buenas sensaciones en su estreno mientras se sucedían los ataques valencianistas. El merecido empate llegó de un centro aéreo al segundo palo servido por Javi Guerra y perfectamente cabeceado por Hugo Duro que por fin marcaba casi un año después. El gol hacía justicia y el Osasuna sufría, mantenido con vida por un inconmensurable Herrera.